
De pie frente a la puerta
con la tenue luz apagada,
la mirada clavada en la nada
esperando la madrugada.
Surgen recuerdos,
sueños que vagan,
llenando su mente
de tiernas palabras.
La noche avanza
con aparente calma
cubriéndose de escarcha,
y aún así, descubre su espalda.
Añorando sus besos,
sus caricias entregadas,
un susurro, un te quiero
o tal vez una plegaria.
Sólo silencio
en esta noche fría y larga,
por el pasado atrapada
cubre su rostro de lágrimas.
Desolada, destrozada,
por un amor olvidada,
rompió su alegría,
le robó el alma.
© Pasionhada.
que terrible a veces el amor...
ResponderEliminarmejor el deseo, no crees?