jueves, 5 de noviembre de 2009

TU ESPALDA...


Sobre tu espalda deslizaba
mis manos cálidas y blancas
quería dejar una parte
de mi existencia clavada,
mis huellas para siempre
en ella marcadas.
En silencio iba gritando
cuánto te amaba,
que eras todo para mí,
que sin tí no sería nada.
Te diste la vuelta
y en tu cuello las enredaba,
para acercar mi boca
a tu boca deseada,
para que mi pecho con el tuyo
fueran uno solo,
en conjunción acomodada.
Y ya no había espacio
en tu almohada, en tu cama,
entre tibias sábanas,
me quedé en tí incrustada,
mis curvas se replegaban,
mi cuerpo sobre tí danzaba,
y en este baile contigo
la luna alcanzaba.

Para siempre colgada ...
de tu espalda.

© Pasionhada.

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